Los últimos judíos de Tetuán

Esta mañana viví con mi familia uno de esos momentos en la vida en los que eres consciente de recibir un privilegio. Caminábamos por la medina de Tetuán en busca de la puerta de la sinagoga. José Luis quería esa foto para un amigo judío de Gibraltar, pensaba que a Yan le haría ilusión. Así nos adentramos en la mellah, la antigua judería, árabe desde hace mucho ya. Pan, queso, huevos, kaftanes, comida… La mellah suele ser un hervidero, pero hoy es domingo y está tranquila. Sólo agobia el calor pegajoso del levante flojo.

No había un alma en aquel adarve fresco y sombrío. Hasta que nos paró un matrimonio mayor, León y Sara, con quienes nos cruzamos. Nos hablaron en español y pensamos que eran turistas, igual que nosotros. Enseguida supe que no, eran de allí. Los ojos de Sara eran Tetuán. Su mirada tenía el reflejo de la sábana blanca de casitas vista desde la montaña, el skundo y el color del río Martil. Al escucharnos hablar español, León preguntó:

  • ¿Dónde van?¿De dónde vienen?
  • Estamos buscando la sinagoga. Venimos de La Línea, pero queremos mandarle la foto a un amigo judío.
  • ¿De Gibraltar?
  • Sí, exacto.
  • Pues acabamos de cerrar, la verdad.
  • Bueno, sólo queremos hacer una foto de la puerta.
  • Vengan con nosotros, les abriremos de nuevo.

Apenas a cuatro pasos de aquella charla breve en español se abrió ante nosotros la llave hacia las huellas del pasado, un pasado compartido. León y Sara, de origen sefardí, nos mostraron las bellezas ocultas de la sinagoga de Isaac Bengualid. Tantas veces en Tetuán y nunca tuvimos una oportunidad como ésta, casi no nos lo creíamos.

Vimos una torá de más de 150 años, un reloj para orientarse del tiempo durante el shabbat, el horno para el pan, la zona de oración de las mujeres en la primera planta y la foto de todos los rabinos que un día tuvo Tetuán. También estaba el contrato de matrimonio. Y, sobre todo, el poso de la historia. León y Sara nos la mostraban con mimo.

Estos vigías de una vida casi olvidada aún comen adafina en el shabbat, hablan español y cantan en ladino. Ellos son ya la tradición que veneran. La sinagoga lleva el nombre del rabino Bengualid (1777-1870), miembro destacado de la comunidad judía de Tetuán. En aquella época eran unos 4.200 miembros, y el lugar era el centro de la comunidad sefardí marroquí. Entonces Tetuán era el corazón de la comunidad sefardí de Marruecos, con 16 sinagogas.

Pero aquí ya no hay servicios religiosos desde hace más de medio siglo, en 1968. De hecho, ya sólo quedan 8 judíos en Tetuán, dice León. Ellos dos y seis personas más. El resto se marcharon y los que no, fallecieron. Sólo León y Sara vienen a cuidar este lugar de culto, que es museo.

La sinagoga alberga recuerdos de muchos años guardados entre sus paredes blancas y el suelo de barro rojo. En 2001, la AECID y la Junta de Andalucía financiaron su restauración, con el Ayuntamiento de Tetuán, la Fundación de Patrimonio Cultural Judío Marroquí y la familia Bengualid.

De nuevo en el adarve, la llamada del almúedano se mezcla con las voces perdidas de los antepasados de León y Sara. Aquellas voces se apagaron, ley de vida. Pero aún hay ocho judíos tetuaníes que conservan el alma de Sefarad bajo los tejidos de sus kipás.

Gracias, León y Sara, por brindarnos el privilegio de conocer una de las bellezas ocultas de la medina de Tetuán

2 thoughts on “Los últimos judíos de Tetuán

  1. Hola, soy de Argentina nieto de Tetuanies.
    Te hago una consulta.
    En Abril estaré de paso por España.
    Desde siempre quise “vivir” los relatos familiares de la sinagoga del Rav. Benguali y su tumba.
    La pregunta es si conoces quien administra la judería para poder hacer un tur específico al mundillo Judio de mis abuelos .

    Ojalá puedas ayudarme .

    Gracias !!!
    Franciscoberges@gmail.com
    Whatsapp +5491144015045

    Gracias !!!!

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    1. Hola Francisco, no sé si ya has venido por aquí. Yo encontré a León y a Esther por casualidad. Ellos van por la sinagoga por la mañana, son quienes la cuidan. Nosotros los encontramos por casualidad, pero no tengo su contacto. Pásate por allí, a ver si los encuentras.

      Un saludo y que tengas mucha suerte

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